La ética de Aristóteles, pt. 1 (Por Darin Mcnabb)
¿Has oído hablar de la rueda de la fortuna? Es un concepto del mundo
greco-romano y medieval que expresa la naturaleza caprichosa del destino. En
las imágenes de la rueda vemos personas situadas en diferentes partes. Si estás
encima, todo va muy bien, pero con una vuelta de la rueda, mañana te
encuentras hasta abajo y todo te va mal, y luego hay gente en los lados. Lo que
determina tu posición en la rueda, y por tanto en la vida, no es tu esfuerzo o
mérito sino el azar. La rueda pertenece a la diosa Fortuna y aquí la vemos a un
lado dándole vueltas caprichosamente.
La posibilidad de que la fortuna echaba por abajo el trabajo y planes de uno
aterraba a los antiguos griegos. Vemos este temor reflejado en su literatura, el
drama trágico, y en su filosofía. Como veremos, la Ética nicómaco de
Aristóteles no es excepción. A 2.300 años de Aristóteles, ¿qué pensamos
nosotros de los azares del destino? Obviamente reconocemos que no podemos
controlar todo, que los planes, por mucho que se cuiden, pueden acabar mal.
Pero nuestro temor no es tanto debido al legado judeo-cristiano. Lo moralmente
relevante no es tanto el acto como la intención. Lo que cuenta es una buena
disposición. Obviamente uno quiere lograr sus metas en la vida, pero si no, no
pasa gran cosa porque hay una vida después de ésta en la que esa disposición,
la virtud de uno, es compensada.